Un Córdoba muy competitivo, bien conjuntado en defensa y con calidad en la delantera nos dejó el mejor partido de la temporada precisamente ante todo un Real Madrid.
Ignacio Luque ha sintetizado de manera acertadísima lo que ocurrió el sábado en el Arcángel en una sola frase: Un Real Madrid tan pobre que sólo logró los tres puntos. Yo encuentro magistral saber decir con tan pocas palabras todo lo que pasó el sábado en el Arcángel; aunque, por ser de justicia, debamos contextualizarla haciendo mención al Córdoba C. F., verdadero causante de tal hecho. El mismo Ignacio Luque dice también en su crónica de Diario Córdoba: El conjunto de Djukic no solo había firmado, de largo, el mejor encuentro de la temporada, sino que había logrado empequeñecer a límites difícilmente imaginables al actual campeón de Europa. Precisamente Djukic nos ayuda a acabar de contextualizar lo ocurrido: El mal juego del Madrid es mérito nuestro, aserto que es, a la vez, toda una guantada sin manos a los idiotizados periodistas de ámbito nacional.
Incluso en la mejor liga del mundo hay equipos modestos, equipos de presupuestos austeros, equipos de objetivos humildes. Equipos como el Córdoba, cuya grandeza no nace de la ambición sino de la necesidad y la ilusión. Nada que ver con la ávida maquinaria mediática en la que se ha convertido el Real Madrid, aunque ambos concursen en la misma competición.
Nuestra grandeza no descansa tanto en nuestros logros como en el sacrificio que seamos capaces de asumir para alcanzarlos. Nuestra grandeza no descansa tanto en nuestros logros como en la coherencia con que nos marquemos nuestras metas a alcanzar.
¿Y qué nos dictaba la coherencia a la hora de fijar nuestras expectativas de cara al partido contra el Madrid? En mi caso no tenían nada que ver con el sueño de una victoria ni con la pesadilla de una derrota exprés. En mi caso sólo deseaba disfrutar de una jornada tan especial y que equipo y afición diésemos una buena imagen a los millones de espectadores que iba a tener ese partido. Porque cuando un equipo modesto juega contra el Real Madrid, más que los tres puntos, lo principal que está en juego es tu dignidad.
No pedíamos mucho y, en cambio, se nos dio tanto que nos sobraron los tres puntos -único botín que, a decir de Ignacio Luque, pudo llevarse del Arcángel el campeón de Europa y del mundito- para salir del estadio plenamente satisfechos e ilusionados con lo visto y lo vivido.
Cristiano, en cambio, reniega de su procedencia humilde como quien hace apostasía. El sábado pasado dio una muestra más de ello cuando, después de protagonizar una acción deplorable, quiso humillarnos por ser de un equipo modesto, señalándose el escudo de campeón del mundialito ese. No, Cristiano, no te confundas conmigo, yo no te envidio porque seas millonario y juegues bien al fútbol; yo simplemente te detesto por soberbio y porque has olvidado lo último que un ser humano debe olvidar: de dónde viene.
Conoce algo a Bebé en este artículo:
BEBE, EL SUEÑO DE UN NIÑO DE LA CALLE (FIFA.COM)
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Ambiente previo al partido:
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Resumen del partido:
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Rueda de prensa de Djukic:
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Rueda de prensa de Anceloti:
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Todos los goles del partido:
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Declaraciones de Florín Andone:
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Declaraciones de James:
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Jugadón de Bebé:
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Vaselina de Florín Andone:
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Disparo cruzado de Bebé:
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Jugada de Fede Cartabia:
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