Cuando el partido ya estaba prácticamente sentenciado, no antes por aquello de la superstición, le dije a mi cuñado y compañero de grada que el partido lo había ganado López Silva; y cuando iba para casa pensé que ya tenía mi titular para este artículito, pero mira por donde, esa misma apreciación la hace I. Luque en su crónica de D. Córdoba. Pero por mucho que cambiase el texto del titular, su mensaje tenía que ser el mismo. Porque no creo que Ramalho sea tan corto de memoria como para olvidar fácilmente su partido de ayer ni para olvidarse de la cara de L. Silva. Dos tarjetas amarillas, expulsión, penalti, derrota consecuente, un caño perfecto y mil quebraderos de cabeza, mientras aguantó en el terreno de juego, cada vez que la pelota llegaba a su banda.
Sobre Xisco, tanto como con sus goles me quedo con la actitud de la afición, coreando su nombre cuando falló un gol cantado y cuando se tenía que decidir quién iba a tirar el penalti, designación que fue unánime por afición y jugadores, comenzando por L. Silva, que nada más asegurarse de que el árbitro había pitado el penalti, se levantó para irse a por el balón y entregárselo en las manos a nuestro "hombre de referencia".
Por último, si hay algún sitio donde firmar para pedir la titularidad de Pacheco decídmelo. Aparte de tener regate sabe aguantar la pelota para desestabilizar la defensa contraria y, sobre todo, sabe cuándo soltar la pelota y dónde mandarla. Lo demostró ayer y lo demostró en el segundo gol ante el Numancia.
Sobre Xisco, tanto como con sus goles me quedo con la actitud de la afición, coreando su nombre cuando falló un gol cantado y cuando se tenía que decidir quién iba a tirar el penalti, designación que fue unánime por afición y jugadores, comenzando por L. Silva, que nada más asegurarse de que el árbitro había pitado el penalti, se levantó para irse a por el balón y entregárselo en las manos a nuestro "hombre de referencia".
Por último, si hay algún sitio donde firmar para pedir la titularidad de Pacheco decídmelo. Aparte de tener regate sabe aguantar la pelota para desestabilizar la defensa contraria y, sobre todo, sabe cuándo soltar la pelota y dónde mandarla. Lo demostró ayer y lo demostró en el segundo gol ante el Numancia.