domingo, 8 de junio de 2014

T2013/14 J42: CORDOBA - MALLORCA 0 - 0.
Quien termina de esperar termina de temer (Séneca)

El pasado sábado hice una pausada marcha blanquiverde de uno (yo mismo) desde mi casa hasta el estadio. Unos cuarenta minutos de lenta caminata con el único fin de relajarme algo y convencerme de que la tarde era para disfrutarla, al menos de momento, ya que estábamos donde queríamos estar, donde llevábamos diez meses soñando estar. El paseo me sentó bien y al llegar a la Rivera logré recrearme algo en el ambiente especial que ayer se respiraba en las cercanías del estadio.

Sólo una preocupación desequilibraba mis emociones cada vez que conseguía ordenarlas más o menos, una preocupación por la que esta temporada se me ha hecho especialmente larga y angustiosa: la posibilidad del regalo del abono de la próxima temporada, si el equipo no se metía en la promoción de ascenso. Quizás penséis que soy un ingenuo, que eso no podía ser y que seguro que Carlos González ya tendría preparada alguna triquiñuela para no cumplir su promesa; pero confieso que esto me ha obsesionado de tal manera a lo largo de la temporada que era en lo único que pensaba cada vez que miraba la clasificación, al final de cada jornada.

Por eso, cuando escuché por la radio que había finalizado el partido de Sabadell y el Córdoba se había clasificado para las eliminatorias, respiré aliviado por primera vez en toda la temporada y di por finalizada la liga para mí. Había terminado de esperar y había terminado de temer. En lo que venga a partir de ahora no he pensado en toda la temporada. He visto tan mal el futuro del Córdoba que lo que pase a partir del miércoles me da igual. Sentí alivio pero no alegría. Por un despropósito comercial este año lo he vivido sumido en la preocupación y sin ilusión, esa que ni tocarla.

Ya no espero nada con urgencia, con necesidad; ahora sólo me gustaría que el equipo siga compitiendo con la misma honestidad que lo ha hecho durante el campeonato regular (que eso, a diferencia, del año pasado nadie puede cuestionarlo), que me haga pasarlo bien y que ascendamos a Primera División. Quizás sea una buena manera de recobrar la ilusión, que el regalo del 50 % en el abono de la próxima temporada, ese sí que me apetece.

Pero por lo pronto ya he terminado de esperar. Ya no temo nada.


2 comentarios:

  1. El sábado todo fue diferente. No fui al estadio en coche ni andando, lo hice en autobús. Quien me acompañaba no era la persona con la que comparto mi camino los días de partido, era otra. El autobús no siguió su ruta establecida por obras de mejora en una calle. Antes de entrar me tomé un julifrisqui mientras observaba a Fede Vico firmar autógrafos; intenté tomarme otro en el garito que hay bajo Preferencia para, mientras tanto, observar a la famosa rubia, pero había demasiada gente en la barra y en la cola para entrar al estadio, así que no bebí ni observé más.
    Una vez dentro, también era todo diferente: más color, más olor, más ruido... y cuando el partido acabó, seguía siendo todo diferente; la gente no se marchaba y en el círculo central se jugaba al corro de la patata. Además, ese día canté el himno tres veces: al comienzo, en el minuto 54 y al final y los nervios son también por motivos diferentes a los de hace años.
    ¿Algo está cambiando?

    #SeguimossoñandoCCF
    #VolveremosCCF
    #3años2playoff

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    1. Pues sí, el mismo acto de cada dos semanas, pero todo era tan diferente. De mi época de chaval, cuando los partidos se jugaban en el "Estadio Municipal de El Arcángel" original, del ambiente previo a los partidos guardo un recuerdo mucho más entrañable que de cualquiera de los partidos que en aquellos años vi del Córdoba C. F. Desde entonces siempre he dicho que "hay una cosa más bonita que el fútbol". Y es ir al fútbol. Y esa sensación volvió a abordarme el sábado, varias décadas después de descubrirla, cuando me acercaba al estadio.

      Esta temporada la he vivido con cierto pesimismo, pero nunca he pretendido ser agorero; de la misma manera que la falta de ilusión no ha impedido en nada que mi esperanza se mantuviese intacta a pesar de las contrariedades.

      Ahora, liberado de la tensión de todos estos meses, empiezo a recuperar la ilusión,¡la ilusión por ascender a Primera División!. Todo lo tenemos a favor. En Las Palmas están descontentos con la imagen de su equipo en los últimos partidos; en "Sporting", el entrenador se ha quejado de la frialdad de la afición el pasado sábado, a pesar de clasificarse con holgura; y en Murcia la afición está mosqueadísima por los precios de las entradas para el partido contra nosotros. Aquí, estamos encantados con la eficiencia del equipo, lo apoyamos incondicionalmente y encontramos coherente la política de precios para el partido contra el Murcia. Todo lo tenemos a favor.

      Luego pasará lo que pasará, pero ahora me siento pausadamente ilusionado.

      Aunque, insisto, para mí la liga ya ha acabado y estoy de lo más tranquilo.

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