domingo, 1 de junio de 2014

T2013/14 J41: RECREATIVO - CORDOBA 1 - 1.
Yo ya lo sabía

No me refiero a lo del sábado pasado, sino a que el Córdoba llegaría a la última jornada con la mejor de las opciones para meterse en las eliminatorias por el ascenso: depender prácticamente de sí mismo. Lo sé desde la jornada 32 y no voy de farol, que me guardaba un as debajo de la manga. Me explico.

Atravesábamos una mala racha, en la jornada 31 perdíamos en Sabadell y en la 32 el Murcia se llevaba un punto del Arcángel que nos situaba a dos del descenso; y  en la siguiente jornada visitábamos nada menos que El Molinón. Una derrota segura por estadística, tendencias y sensaciones. Corría el mes de marzo y se acababa el plazo para que, según mi amigo Tomás, un equipo sepa ya definitvamente hacia qué parte de la tabla tiene que mirar ese año: si hacia arriba o si hacia abajo.

Yo, que me había creído lo del equipo top y que me había dejado ilusionar con la promesa de que estaríamos todo el año arriba, luchando por los puestos de ascenso desde dentro, no dejaba ahora de preguntarme qué estaba fallando. Sé que tardé en descubrir nuestro error, aunque ya no recuerdo cómo lo descubrí: todo era una cuestión de despecho. Siempre he dicho que si hay algo peor que un rencoroso es un rencoros con argumentos; y en este caso, en el de nuestro CCF, caí en la cuenta de que todo se debía a un celestial resentimiento lleno de razón.

Porque todos los años, a comienzos de temporada, la plantilla y plana mayor del club van a la iglesia del Juramento a pedirle, a falta de algún éxito deportivo que ofrecerle, protección al arcángel San Rafael. No sé desde cuándo, pero la visita al ángel custodio se repite todas las temporadas, año tras año, de manera inexcusable, hasta tal punto que podríamos decir que San Rafael es el jugador número 13 del Córdoba.

Pero tan encumbrada tenemos los cordobeses la devoción al ángel del cayado y el pescado en las manos que hemos llegado a creer que con él sólo nos basta e ignoramos todo lo demás; ignoramos incluso una ayuda de incalculable valor que, una vez en la iglesia del Juramento, tenemos totalmente al alcance de la mano, a la vuelta de la esquina o, por mejor decir, a la vuelta de la columna. Me estoy refieriendo al jugador número 14, y al único que podía echarnos una mano en aquella situación que indicaba al principio de este ''articulito'', ya que se trataba de una situación en la que él se siente como pez en el agua: San Judas Tadeo, el santo de los casos imposibles y desesperados.

Vamos, el Córdoba de las jornadas 31 y 32.

Siendo pues su casa también la iglesia del Juramento y viendo como cada año se repetía la misma parafernalia y boato para honrar a su vecino arcángel, no me extraña nada que Judas Tadeo, que tanto predicamento tiene entre los cordobeses de toda la vida, se sintiese despechado, resentido y dolido y, en consecuencia, no hiciese nada por remediar una situación tan a huevo para él.

Entonces tomé una decisión que quizás le correspondiese a alguien de más entidad en el club y no a mí, que no soy más que un mero abonado de dos temporadas y media (etapa de juventud aparte). Cogí la estampita del San Judas Tadeo que más a mamo tenía, que resultó ser una de cuando estuve en Roma y, mirándola fíjamente, le hice ver que nuestra lucha por el ascenso se había convertido en un caso realmente imposible y desesperado, por lo que mi petición resultaba de lo más procedente; y le rogué que dejase a un lado cualquier rencilla devocional y nos atendiese en la necesidad, que yo le gratificaría como se merece. Luego cogí la estampa, la puse junto a mi kit de partido (bufanda blanquiverde, abono, gorrilla, esterilla, bolsa de frutos secos y cronómetro) y, desde entonces me ha acompañado a todos los partidos del Córdoba, los de dentro y los de fuera (estos por TV). El resto ya lo conocéis: ganamos por primera vez en la historia en el Molinón y empezamos a remontar de manera increíble (milagrosa, vendría más al caso). En un par de jornadas espantamos los fantasmas del descenso y en otras dos ya estábamos luchando por una plaza en las eliminatorias de ascenso.

Yo comprendo su resentimiento y la falta de motivación para atender una petición como la mía, por tratarse del CCF, que año tras año lo ningunea de manera tan difamante. Pero un santo es un santo, no tiene voluntad sobre su conducta y está obligado a hacer milagros aunque no le apetezca. Y dijo: "Vale, voy a hacer mi trabajo. Me voy a encargar de que en la última jornada vuestra situación deje de ser un caso imposible y desesperado, pero el #ultimopasitoCCF para meteros en la lucha por el ascenso deberéis darlo vosotros solos: el pase definitivo a los "play-off" será cosa vuestra en la última jornada. Y así, como una pequeña venganza, nos dejó con la miel en los labios, cumpliendo su misión de salvarnos la vida, pero dejándonos a nosotros la responsabilidad de redondear la faena el sábado que viene. Una putadilla de resquemor que en nada desmerece el predicamento de este santo tan santo, especialista en asuntos tan complicados como el que por entonces atribulaba al cordobesismo.

Nerviosito estoy ya esperando a que llegue mañana y abran las tiendas, para entrar en la primera mercería que encuentre y comprar un metro de cinta verde y ponérsela a San Judas, en su cuadro de la iglesia del Juramento, como manda la tradición. No es para menos. Espero que el club lo tenga en cuenta en la visita que hagan a la iglesia del Juramento a principios de la próxima temporada.

Pero, insisto, que nadie se lleve a engaño con tan prestigioso apoyo como el que nos ha ofrecido San Judas Tadeo en las últimas jornadas. Que el santo ya ha hecho su trabajo y lo del sábado que viene será sólo cosa nuestra. Para bien o para mal.

(a Marián,  mi esposa, por razones obvias para quien la conoce)


Resumen del partido (4:54)

San Judas Tadeo, el santo de los casos imposibles y desesperados.
(Iglesia del Juramento, Córdoba).

(Reeditado el 05/06/14): San Judas ya tiene mi cinta de gratitud:

Una de las cintas verdes es la mía.


5 comentarios:

  1. Esta semana el "articulito" no es tal. Es grande, por cantidad y calidad.
    Con mis respetos por San Judas Tadeo, agradeciéndole los servicios prestados, me gustaría que San Rafael siguiera siendo el referente en el santoral de nuestro Córdoba C.F., porque significaría que habríamos dejado de ser un caso imposible y desesperado. Amén.

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    1. Hombre, yo también dejaría descansar al Judas del cuadro por ahora. Pero dime si no entraría dentro de su ámbito de acción, como un caso imposible y deseperado, que una ciudad como Córdoba lleve más de cuarenta años soñando con el retorno de su primer equipo a la élite futbolística.

      Creo que los cordobesistas deberíamos sentarnos a negociar tranquilamente con él.

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    2. ¡Ah!, y una vez que ascendamos ojalá que no tengamos motivos para ponernos ante él para que vuelva a poner remedio a alguna situación de su incumbencia en la que nos hayamos metido. Pero la visita anual habría que mantenerla, aunque ''sólo'' sea para algo tan cristiano como el revalidar nuestra gratitud por los favores ya recibidos por su intercesión.

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  2. Yo también lo sabía; sabía que colocarías la cinta verde. Gracias. No respondo si, tras subir a primera, me convierto.

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    1. Pues sí, había que hacerlo. Y en mi caso, que soy agnóstico en contra de mi voluntad, más que una cuestión de fe lo era de sentido común. Un historia -o el primer capítulo de una historia con miras mayores- como ésta merecía tener un argumento completo; y el final, dado el momento de la trama, sólo podía ponerlo yo.

      No te preocupes por lo que puedas hacer. Un ascenso a Primera debe justificar cualquier locura, incluso una conversión al cristianismo. En este terreno, cosas más difíciles se han visto:

      http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/2348.htm

      P.D.- ¡Uf!, que semana más larga.

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